miércoles, 15 de junio de 2011

CARTAS AL PADRE JACOB



Existe en el ser humano una situación de endurecimiento que puede llegar a ser extremadamente
dramática. Este círculo del endurecimiento proviene de un entrenamiento que algunas personas ejercen durante años sobre su forma de relación. Endurecimiento que se forja a punto de afinar los mecanismos de defensa que, al origen tenían una razón de ser en la construcción del niño y del adolescente. Todos recurrimos a estos mecanismos de defensa para protegernos de la agresividad de los demás... así se forman algunas características particulares del carácter personal de cada ser.
Pero una vez que se ha finalizado "la construcción psicológica", una vez que la persona queda definida con una madurez de orden básico, estos sistemas de defensa continúan operando como si la persona no hubiera encontrado otros medios para gestionar la relación con los otros.
A menudo tengo la impresión que, cuando nos encontramos en este punto de hacer uso y abuso de los mecanismos de defensa, es como si hubiéramos estado en una situación de guerra en la que hacía falta establecer una estrategia de ataque y defensa, pero que habiendo terminado la guerra, pasados inclusive años del término del conflicto... nosotros no nos hemos enterado. Seguimos atrincherándonos, seguimos emboscando y seguimos sumidos en esta tensión que no corresponde a otra edad de la vida.
Me permito iniciar un comentario a esta película con esta reflexión porque creo que nos sitúa bien en la carcasa de uno de los personajes. Ella se llama Leila, mujer robusta, desprovista de gestos femeninos, silenciosa de un silencio gélido y apabullante. Su mirada está siempre preparada para intimidar y cortar a la primera cualquier intento de acercamiento a su "espacio blindado". De ella, podríamos decir, que no sabemos más que lo que su aspecto y actitud nos muestra. De su interior, de su secreto, de la niña que vive dentro de este "bunker" no sabemos nada... nada más que se trata de un ser sumamente herido.
Y claro, la vida y las escenas de esta historia la ubican en una prisión... No hablo de la prisión de su rigidez, ella está presa en una carcel con gruesos muros y barrotes. ¡Vaya redundancia! 
Ya lleva tiempo allí y de pronto el gendarme le da la noticia: "Leila... estas libre y puedes irte..."
No sabe por qué o por quién es que este beneficio le ha llegado. Solamente le está indicado que hay un trabajo que le espera afuera y que sería muy importante que lo tome como medio de reinserción social.

Se trata de un anciano, un Cura que necesita de alguien que le lea el correo. Simplemente eso.
Por suerte Leila sabe leer. Además, su aspecto y actitud le asegura que puede dominar esta situación desde el principio para hacer que todo ocurra como a ella mejor le convenga. Como decía, su mirada está siempre preparada para intimidar y cortar a la primera cualquier intento de acercamiento a su "espacio blindado". ¡El problema será que su empleador es un hombre ciego!  Por el momento ya hay un arma que no servirá de mucho. Quedan todavía otras que ella impondrá con violencia desde el principio. Pero como ver no siempre resulta de poder o no mirar, esta historia se torna muy interesante y escena a escena muy espiritual.

Solamente les diré que, una vez más, esta historia nos habla de los caminos sorprendentes de la Divina Providencia. Dios nos sorprende. Nunca el hombre estará suficientemente preparado para tenerse de pie frente al Creador con las fuerzas propias. ¡Qué va!  Por el contrario, entre más intrincados se tuercen nuestros senderos, entre más monumentales se yergan nuestras fortalezas... más insondables son las maneras de un Dios "que no juega a los dados".



SINOPSIS



Leila es una asesina condenada a cadena perpetua que, tras doce años de cárcel, recibe el indulto. Antes de dejar la prisión, un funcionario le explica que Jacob, un cura rural anciano y ciego, ha solicitado su ayuda como asistente. Leila acepta esta labor, que consiste en ayudar a el párroco a responder las cartas de los fieles solicitando ayuda espiritual.Dos mundos radicalmente opuestos se entrelazan en esta emotiva historia sobre el perdón, la amistad, el cuidado del día a día, las dificultades de hacerse mayor y el inmenso poder de la redención.



CARACTERÍSTICAS

Título original: Postia pappi Jaakobille.
Dirección: Klaus Härö.
Países: Finlandia y Suecia.
Año: 2009.
Duración: 74 min.
Género: Drama.
Interpretación: Kaarina Hazard (Leila), Heikki Nousiainen (padre Jacob),

Jukka Keinonen (cartero), Esko Roine (Vankilan).
Guion: Klaus Härö y Jaana Makkonen.
Producción: Lasse Saarinen y Ristro Salomaaa.
Música: Dani Strömback.
Fotografía: Tuomo Hutri.
Montaje: Samu Heikkilä.
Dirección artística: Kaisa Mäkinen.
Formato: DVD5

Audio: fines
Subtítulos: español
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