lunes, 21 de mayo de 2012

SAN ANDRÉS DE MONTREAL





 
Dentro del círculo de amigos y hermanos en la misma fe en Jesucristo, solemos a menudo decir: "No somos nosotros los que escogemos a los santos sino que son ellos los que nos escogen"
No es una simple intuición. Regularmente hago la experiencia y hace pocos días me volvió a ocurrir.
Recibí noticia de una persona que hablaba de la manera extraordinaria como había obrado el Señor en su vida, concretamente en su salud interviniendo un cáncer a la garganta debidamente diagnosticado, y eso gracias a la intercesión de San José y de San Andrés de Montreal.
Al primero lo conozco y bastante bien y bajo su patrocinio me dispongo regularmente como hijo, esposo y padre. Pero el segundo... ¿quién es este San Andrés de Montreal?
Nuevo Santo dentro de la enorme lista que constituye la del ejército que ha vencido el gran combate de la fe, André Bessette viene de ser canonizado por su Santidad, Benedicto XVI, el año 2010.


Lo curioso del caso es que hace ya varios años -recordando son exactamente 19 años- una religiosa me obsequió una botellita donde dice lo siguiente: "Huile de la lampe du Sanctuaire de Saint Joseph" y yo la recibí sin hacer mayor pregunta y la conservé, en mi ignorancia, conmigo hasta el presente. Yo no soy alguien que suele guardar este tipo de cosas. Pensándolo bien la conserve por el recuerdo de la hermana que me la obsequió pero sobre todo por lo de San José a quien yo amo profundamente. Solo ahora caigo en la cuenta que es el mismo aceite que procede del Santuario que construyó con tanto amor y sacrificio el Hermano André de Montreal.


También junto con todos estos eventos que "sospechosamente" coinciden, llega a mis manos esta película titulada Frére André y que quiero compartir con ustedes.
Ella nos acerca al personaje en cuestión de una manera muy fiel a los hechos. Es una película rodada en 35 milímetros el año 1987 y que se detiene en la humilde persona de este portero de escuela, fiel en su puesto durante más de 40 años.
El Hermano Andrés llegó a la Comunidad de La Santa Cruz, orden francesa que se había instalado en territorio canadiense, particularmente en la zona de Quebec. Alfredo que es su nombre de pila, era un hombre sin mayor instrucción procedente de una humilde familia cuya madre le había trasmitido la fe y particularmente una devoción profunda por San José y su padre, para que la cosa sea completa felicidad, tenía la ocupación de carpintero.
Llega este joven al colegio Notre Dame de Montreal con el deseo de ingresar a la orden pero "no tiene la talla". No es tanto por su escaso metro cincuenta sino sobre todo por su falta de formación intelectual y su salud precaria.


Sin embargo, su fe era evidente. Sin darse cuenta él, su futuro superior, le contempla escondido tras un altar. Vista la devoción y profundidad de su oración, simplemente lo toma por la espalda y le dice... "Nada perdemos con hacer una pruebita". Así recibe su nombre de religión, Hermano Andrés, junto con la responsabilidad de la sacristía, lavandería, barbería y peluquería, limpieza de pasillos y escaleras y por si fuera poco sobre todo la portería. Dirá más de una vez: "Apenas llegué a la comunidad me pusieron a la puerta... pero fue para quedarme allí toda la vida".
Humilde lugar en el que cualquier otro pasaría desapercibido. Sin embargo, fue San José que se le manifestó repetidas veces para solicitarle cosas que sobrepasaban evidente y totalmente a este pequeño hermano.
Por sugerencia de un sacerdote que le dirigía espiritualmente y por indicación de San José mismo, comenzó a untar unas gotitas del bendito aceite de las lámparas del altar dedicado al santo. Grande fue la sorpresa al ver que ese gesto acompañado de su ferviente oración conseguían las curaciones más extraordinarias. Cojos, medios ciegos, ciegos completos, ulceras, cáncer, heridas infectas y con gangrena, fiebres de todo tipo, tuberculosis.... la lista es larga. Nada se resistía a la oración que este hermano dirigía en favor del os que le suplicaban. Rápidamente la noticia traspasó las fronteras y es así como el hermano Andrés, el Portero de Dios fue conocido como el taumaturgo de Montreal.


Fueron grandes los sufrimientos y humillaciones que el hermano Andrés tuvo que soportar. Algunos de sus propios hermanos de comunidad no le profesaban mucho afecto debido al desorden que significaba tener permanentemente en la puerta de la escuela una multitud de enfermos y personas que venían buscando milagros. No en pocos despertaba celos el hecho de ver que los que venían a buscar un milagro en este simple hermano finalmente lo conseguían. Pero como ocurre con los hombres y mujeres de Dios, estas humillaciones les hacen más santos y más parecidos al Señor.
Obediencia y humildad no le faltaban. He sabido por boca de una religiosa dominica que es de Quebec que los que le conocían  veían que era algo impaciente con las mujeres que venían buscando un milagro para uno o para otro. Lo que le molestaba no era tanto lo que las traía sino el que algunas "cacareaban mucho..."  Pues bien, le entiendo. Aveces el mucho hablar de las gentes espanta el precioso silencio en el que nos habla Dios.

Es una gran alegría para mí descubrir a este santo que brilla felizmente en el firmamento de los elegidos de Dios muy particularmente junto a la persona de San José, protector de la Santa Familia de Nazaret y de la Iglesia.

¡San Andrés de Montreal, ruega por nosotros!



SINÓPSIS
El hermano Andrés Bessette es un religioso Católico de la Congregación de la Santa Cruz y fundo el oratorio San José en la ciudad de Montreal. Ingresó a su comunidad como un humilde servidor, sin mayores estudios. Por ello sus superiores le enviaron a la puerta de la Escuela Notre Dame. Durante 40 años desempeña esta esforzada labor sin quejas y poco a poco, su relación tan familiar con San José, despiertan en él un carisma de sanación muy pronunciado. Recurriendo al aceite de las lamparas del oratorio, él comienza a aplicar el aceite y sobre todo su amor y caridad a los enfermos que vienen a verle, procurando extraordinarias curaciones, muchas de las cuales son milagrosas.
La noticia traspasa las fronteras del Canadá y pronto son multitudes las que vienen a pedirle la oración, cosa que desordena la vida de la comunidad y le procura muchos problemas frente a sus hermanos. Sin embargo, es Dios que lo manda y érl solo debe obedecer aunque los otros no comprendan y le juzguen.
FICHA TÉCNICA

Título original: Frère André
Título en Español: Hermano Andrés
Género: Drama Biográfico, religioso.
País: Canadá
Año: 1987
Imagen: 35 milimetros
Formato de imagen: 1:85
Director: Jean-Claude Labrecque
Música: Joël Bienvenue
Fotografía: Michel Caron
Actores: Marc Legault (Frère André) ; Sylvie Ferlatte (Marie-Esther) ;
Jean Coutu (Père Dion) ; Michel Cailloux (Père Louage) ;
Jacques Zouvi (Frère Alderic) ; Roland Lepage (Père Clément) ;
Gilles Renaud (Dr Charette) ; Guy Thauvette (Dr Parizeau) ;
Duración 89 minutos
Idiomas: Frances y Español
Subtítulos en Español
Menú Principal
Menú de Escenas
Material Adicional: "Hermano, Amigo y Santo"
Hermano Andrés, Portero de Dios
"Quién es San Andres de Montreal"
Trailers de otras películas
Formato: DVD5
Región: ALL

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